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Año 1981, luego del desarrollo de muy conocidos títulos, los desarrolladores debían encontrar una nueva forma de orientar sus juegos, el mercado para estos había cambiado demasiado, por lo tanto las mismas ideas ya no servirían.

Planteando la siguiente pregunta iniciaron una revolución en el ámbito:

¿Hacia dónde oriento mi juego, cuáles serán sus objetivos, su forma de lograrlo y su final?

La ingeniosa respuesta de esta pregunta fue solo un “nada” y desde ahí surgió la idea de no orientarlo hacia ningún final, los objetivos propuestos pueden cumplirse de muchas formas o no hacerlo, puede el usuario hacer lo que desee con este juego, hacer una trama él mismo.

Y así se inició la plataforma Sandbox o juego de mundo libre, que consiste en plantear un mundo con un par de objetivos que pueden cumplirse de múltiples maneras, espacios ficticios los cuales puedes modificar y interactuar con ellos de forma totalmente libre, moldearlo a lo que tu imaginación dicte.

Algunos juegos, fieles ejemplos de esta modalidad son:

Otros ejemplos mas actuales son:

Podemos destacar de esta modalidad, la versatilidad de juego, lo amoldable que son y también sus múltiples formas de llevarlo a cabo, que otorgan así miles de tramas posibles, finales que pueden tardar lo que desees y tiempo empeñado en aquello que tu mente te ordene hacer, lo que los convierte un llamativo y entretenido pasatiempo.